El miedo es una emoción dolorosa, excitada por la proximidad de un peligro, real o imaginario, y que está acompañada por un vivo deseo de evitarlo y de escapar de la amenaza. Es un instinto común a todos los seres humano del que nadie está completamente libre. Nuestras actitudes ante la vida están condicionadas en gran medida por esos temores que brotan de nuestro interior, en grados tan diversos que van desde la simple timidez hasta el pánico desatado, pasando por la alarma, el miedo y el terror.
Todos sentimos temor de vez en cuando. Y esto pasa sin importar lo grande o valiente que seas. En ocasiones, el miedo puede llegar a ser bueno y ayudarte a mantenerte saludable. El miedo a acercarse demasiado a una fogata puede salvarte de sufrir graves quemaduras. Y el miedo a obtener una mala calificación en una prueba puede hacer que estudies más.
Estar un poco asustado también puede aguzar tus sentidos y ayudarte a desempeñarte mejor en un recital o durante una competencia. Algunas personas incluso disfrutan de estar un poco asustadas. Por eso, les gusta mirar películas de terror o dar vueltas en la montaña rusa.
¿Alguna vez te preguntaste por qué tu corazón late más rápido y tu respiración se acelera cuando estás asustado? La reacción del cuerpo ante el miedo nos hace resistir o huir. Y la gente ha tenido esta sensación desde todos los tiempos.
Ésta es la manera en que funciona. Imagina que eres un hombre o una mujer de las cavernas de hace cien mil años y te encuentras cara a cara con un tigre hambriento y de dientes filosos. Tienes dos opciones: 1) Salir corriendo (huir) o 2) tomar tu garrote y luchar contra el tigre (resistir). Tienes una tercera opción (dejarte comer), ¡pero no parece muy inteligente!
Hoy, puedes decidir resistir o huir frente a la persona que te intimida, te enfrenta y no es capaz de entrar en razón. Tienes dos opciones: 1) Dar la media vuelta y alejarte (huir) o 2) luchar (resistir), aun cuando sepas que una pelea no resolverá el problema.
A fin de prepararse para huir o resistir, tu cuerpo realiza una serie de pasos en forma automática. De esta manera, estará preparado para una acción rápida o un escape rápido. Tus latidos aumentan para bombear más sangre a los músculos y el cerebro. Los pulmones toman aire más rápidamente para proporcionar oxígeno a tu cuerpo. Las pupilas de tus ojos se agrandan para que puedas ver mejor. Y tus sistemas digestivo y urinario comienzan a trabajar más despacio para que puedas concentrarte en cosas más importantes.
Tipos principales de miedo:
- Miedo primigenio: El mismo, miedo a tener miedo. Normalmente aparece de un modo casi totalmente irracional, tenemos miedo a algo sin una razón concreta o conocida. Es el miedo en estado puro y quizás uno de los más difíciles de controlar y conocer ya que se esconde en lo desconocido y en un no saber por qué se sufre.
- Miedo al fracaso (masculino): Se trata del miedo a no llegar a alcanzar nuestras metas, se dice que es de naturaleza masculina aunque eso no significa que las mujeres no lo sufran. Se identifica con la parte masculina de cada persona. Es un miedo que actualmente se relaciona mucho con el fracaso social, el ser mediocre por no tener o ser. Es un miedo que condiciona mucho nuestra forma de actuar.
- Miedo al abandono (femenino): Relacionado con el lado femenino de cada uno, éste miedo está muy presente en la mayoría de personas que dicen tener miedo a la soledad. Es el miedo a quedar abandonado por los padres, los amigos o la pareja. Es un miedo muy posesivo y dependiente, nos afecta haciéndonos esclavos de los demás. Es un miedo difícil de vencer dada su naturaleza afectiva.
- Miedo a la enfermedad: Miedo a sufrir cualquier tipo de dolencia sea cual sea.
En ocasiones este miedo puede volvernos débiles y por lo tanto propensos a sufrir enfermedades por el propio miedo a estas. Ver las enfermedades como una amenaza constante en todas partes. Vencer este miedo aumentará nuestra capacidad de aceptación de las enfermedades como una realidad que se puede superar en lugar de un peligro fatídico.
- Miedo al lado oscuro: El miedo a esa parte de todos nosotros que se encuentra atraída por lo sombrío, ya sea nuestra o de los demás. Se trata de un miedo basado en aquello que siendo malo nos provoca placer o bien nos supone una vía de escape de lo negativo de nosotros mismos. Miedo a la propia ira, al propio odio o capacidad de hacer daño o actuar maliciosamente. La aceptación de este miedo nos ayudará a entender que esa parte oscura es el dolor en si que tenemos dentro, entenderlo como tal nos permite controlarlo y transmutarlo.
- Miedo al futuro: Relacionado en cierto grado con el miedo al fracaso. Se trata de un miedo basado en la incapacidad de predecir y poder controlar lo que va a suceder. Miedo a lo incierto y a las consecuencias que pueda suponer sobre nosotros y aquello o aquellos que apreciamos y amamos. El miedo al futuro supone una aceptación del libre albedrío de los acontecimientos.
¿Qué es la ansiedad?
Por lo general, nuestros cuerpos deben tomar la decisión de huir o resistir únicamente cuando hay algo que temer. Sin embargo, en ocasiones, esto ocurre cuando no parece haber nada que provoque miedo. Sentir miedo sin que parezca existir un motivo claro se denomina ansiedad.
Puede haber otros sentimientos junto con la ansiedad, como una sensación de opresión en el pecho, dolor de estómago, náuseas, o una percepción de que está por ocurrir algo horrible. Estos sentimientos pueden ser muy atemorizantes. A veces, la ansiedad interfiere con las cosas que necesitas hacer, como aprender y dormir.
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